05 octubre 2012

Un siglo y medio de prensa en judeoespañol


Los principales centros de la diáspora judeoespañola tras
la expulsión 
de los judíos de la península Ibérica a partir de 1492.
(Fuente: Martín Alonso Pedraz: Evolución sintáctica del español [1964])

El periódico virtual eSefarad (Noticias del Mundo Sefardí), mantenido por Liliana y Marcelo Benveniste desde Buenos Aires, ha publicado esta interesante noticia fechada el pasado 22 de septiembre. El transeúnte la reproduce íntegramente.


“De buena tinta”, una exposición que recrea
150 años 
de prensa en ladino

El Palacio de Cañete acogerá a partir de octubre una exposición de inmenso valor cultural e histórico ya que se trata de la primera exposición monográfica de prensa en ladino que se celebra en Madrid. “De buena tinta” exhibe ejemplares originales de cerca de medio centenar de cabeceras diferentes, procedentes en su totalidad de una biblioteca particular madrileña. Se trata de una muestra relativamente amplia si tenemos en cuenta la rareza y escasez de este tipo de piezas. Cronológicamente, los periódicos expuestos están datados entre 1877 y 2008 y, en cuanto a su distribución geográfica, los hay publicados en Esmirna, Constantinopla, Salónica, Jerusalén, Nueva York, entre otras.

La prensa en ladino nació hace 170 años en Esmirna en 1842 con la publicación de la primera gaceta en judeoespañol: La Buena Esperanza. Desde entonces hasta nuestros días han visto la luz no menos de 300 cabeceras, algunas de vida ciertamente efímera (con menos de una docena de números publicados). Las hubo también de una notable longevidad (hasta 70 años), lo que nos permite entrever el papel protagonista de la prensa en la sociedad sefardí. En su época de mayor apogeo (1870-1935) llegaron a publicarse simultáneamente una gran cantidad de títulos, desde diarios a anuarios, en los principales centros de la vida sefardí de cuatro continentes. Hubo periódicos de información general, comerciales, políticos, científicos, humorísticos, literarios, culturales, etc. de las más diversas tendencias. Los más respondían a iniciativas privadas, y sus ingresos procedían de las suscripciones y/o de la publicidad. En su mayoría se trata de periódicos íntegramente publicados en ladino, pero también los hubo (y los hay) con parte de su contenido en otras lenguas (turco, francés, hebreo, griego, etc.). Periódicos todos de buena tinta, escritos algunos con tinta roja (socialistas, comunistas, obreros), tinta azul (sionistas de corrientes varias), tinta verde (sobre ciencias naturales), tinta simpática (humorísticos y satíricos), tinta indeleble (religiosos) o incluso con tinta invisible (como el primogénito La Buena Esperanza del que no se conserva ningún ejemplar) y, cómo no, en ocasiones salpicados de tinta amarilla.

El Amaneser, periódico en ladino de la comunidad sefardí de Turquía.

En opinión de Uriel Macías y Elena Romero (Comisario de la exposición y catalogación, y Responsable de selección y transcripción de textos, respectivamente) “esta exposición quiere servir para despertar el interés por la prensa en ladino de ayer. Una prensa que en sí misma refleja, como no podía ser menos, la propia historia de los sefardíes y la importancia (y posterior declive) del judeoespañol como lengua de comunicación. Aunque en los últimos años han ido apareciendo trabajos de investigación sobre el tema, sigue siendo una gran desconocida, incluso por aquellos que se interesan por el mundo sefardí. La lectura, la edición de textos y la investigación de la prensa en judeoespañol son fundamentales para el conocimiento de la historia, la sociedad, la vida cotidiana, la economía, la lengua y la literatura sefardíes, y también, por qué no, para acercarnos a las inquietudes, ideas y sueños de quienes un día fueron sus lectores”.

Inauguración 10 de octubre de 2012, 19:30 h.
Abierta de septiembre a diciembre de 2012

Horarios:
De lunes a jueves: 10:30-14:30 y 15:30-20:00 h.
Viernes: 10:30-15:00 h.

Entrada libre


5 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado Albert,
Me ha encantado la historia de las tintas!, Cada color siendo asociado a una ideología, a una profesión, a una religión, etc... Sea dicho de paso, los colores me parecen muy acertados!
Gracias por este artículo que no voy a olvidar y siempre asociaré al ladino.
Un cordial saludo,
Anne

Albert Lázaro-Tinaut dijo...

Gracias por tu comentario, Anne. A mí también me sorprendió ese uso de las tintas de colores distintos: no sé si se ha producido en otras culturas, pero sin duda demuestra imaginación y cierta unidad de pensamiento colectivo, propia de comunidades expatriadas pero de origen común, como los judíos españoles que, sin duda, se mantuvieron en contacto pese a estar separados, a veces, por grandes distancias. Eso ha permitido también la supervivencia del ladino hasta nuestros días.
Un abrazo.
Albert

fus dijo...

Me ha gustado mucho esta entrada y sobre todo, el tèrmino ladino, que casi tenìa olvidado. Enhorabuena. Si voy por Madrid no dudarè en visitar esta exposiciòn.

un abrazo

fus

Albert Lázaro-Tinaut dijo...

Me alegro, fus. No te la pierdas, seguro que será muy interesante.
Un abrazo también para ti.

Miss Trudy dijo...

Que fantástica entrada, me ha encantado. Gracias por compartir.