
Fue una de esas veladas entrañables que, por suerte, sustituyen cada vez más a las presentaciones “serias” al uso, a las que uno va por compromiso y, con raras excepciones, dispuesto a aburrirse un rato, en las cuales algunos aprovechan para tomar unas copas gratis y –aunque la crisis está acabando con ellos– sustituir la cena por unos cuantos canapés.
Algunos de los “antologados” (¿por qué el diccionario normativo no recoge esta palabra?) leyeron relatos mínimos de los otros, y se pudo comprobar que en muchísimos casos estas pequeñas piezas literarias, a las que hasta hace pocos años no se prestaba interés, no están en absoluto reñidas con el sano sentido del humor, sino bien al contrario. Entre esos “antologados” que leyeron había algunos amigos del transeúnte, como Carlos Vitale (ved aquí su blog personal), colaborador imprescindible de esta bitácora, y Care Santos (ved aquí su web oficial).

La obra presentada, por supuesto, merece ser leída y, además, no obliga a hacerlo de una tirada: puede permanecer semanas o meses sobre la mesilla de noche y alegrar, por ejemplo, un día gris o borrascoso antes de buscar el sueño. En ella aparecen textos de 116 autores (si no fallan las cuentas) de diversas procedencias que escriben en castellano, y entre ellos encontramos desde algunos que podríamos considerar “clásicos”, como Macedonio Fernández, Ramón Gómez de la Serna o Juan Perucho, por citar sólo tres nombres, hasta meritorios novísimos cuya obra todavía no ha sido muy divulgada. Gran mérito incluirlos no por sus nombres, sino porque sus textos lo merecen.
Permitidle al transeúnte que reproduzca, a modo de ejemplo, uno de los microrrelatos más breves del libro, “El hombre invisible”, del escritor venezolano Gabriel Jiménez Emán:
Aquel hombre era invisible, pero nadie se percató de ello.
¡Larga vida a los bonsáis de la literatura!
* Por favor, sea breve 2. Antología de microrrelatos. Edición de Clara Obligado. Prólogo de Francisca Noguerol. Editorial Páginas de Espuma, Madrid, 2009. 256 páginas. Anteriormente (2001) la misma editorial había publicado una primera entrega de microrrelatos, seleccionados también por Clara Obligado, con el título Por favor, sea breve, en un volumen que incluía 167 relatos hiperbreves de diversos autores, entre los que aparecían algunos grandes nombres de la literatura en lengua castellana, como Rubén Darío, Juan Ramón Jiménez, Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, etc.
La fotografía de Clara Obligado es de O. Duch y está tomada de la web del Heraldo de Soria.