19 diciembre 2009

La monetización del arte


No hace mucho, el transeúnte leía unas opiniones de Kandinsky sobre el arte y el artista* y, al cabo de poco tiempo, le caían en las manos unos recortes de prensa que lo hicieron reflexionar.


Kandinsky cita a Schumann y Tolstói: el primero afirmaba que la misión del artista es “iluminar las profundidades del corazón humano”, y el segundo (con el cual se mostraba de acuerdo el pintor moscovita), sostenía, muy llanamente, que “el artista es un hombre que lo sabe dibujar y pintar todo”.


Dice Kandinsky:

Con mayor o menor habilidad, virtuosismo y energía, surgen en el cuadro objetos relacionados entre sí por medio de pintura, más tosca o más fina. Esta armonización del todo en el cuadro es el medio que conduce a la obra de arte. Esta es mirada con ojos fríos y espíritu indiferente. Los expertos admiran la factura (así como se contempla a un equilibrista), gozan de la pintura (como se goza con una empanada).


Esta osada afirmación puede conducirnos, sin necesidad de hacer un trayecto muy largo, a la banalización del arte como tal, para reducirlo a un simple objeto de especulación, es decir, a su monetización. Así, con motivo de la feria de arte Feriarte, la 33ª edición de la cual se celebró en Madrid durante la segunda quincena de noviembre de este año, algunos galeristas y anticuarios, al tiempo que exaltaban la importancia de Internet en la globalización del comercio artístico, aseguraban que la evolución de este mercado es directamente proporcional a la situación económica (genial aseveración, que cae por su propio peso y vale, como es evidente, para cualquier mercancía que no sea de primerísima necesidad).


Pero parece que la crisis actual decanta a los coleccionistas (¿sería una audacia, salvando a unos cuantos, denominarlos “inversores” o incluso “especuladores”?) hacia el arte antiguo, que en los últimos años se ha revalorizado. Este estado de la situación lo recoge María de las Heras en una crónica titulada “Las antigüedades se globalizan” (El País, 14 de noviembre de 2009, suplemento “IFEMA / Feriarte”). Un anticuario vendedor de arqueología, por ejemplo, dice con la solemnidad de un académico: “Las miradas se centran en los clásicos y tienen a Egipto como estrella. Roma y Grecia gustan mucho. Lo importante ahora es no arriesgar, y apostar por la calidad en cualquier época”.


Al transeúnte el verbo arriesgar, tan plurivalente en función del contexto, le recuerda las recomendaciones de los asesores financieros, conservadores en tiempos de vacas flacas y atrevidísimos cuando la Bolsa se dispara (perdón por el verbo) hacia arriba. “Sí, Kandinsky –reconoce desencantado por lo que ha leído–-, los expertos disfrutan del arte igual que de una empanada o, dicho en términos más actuales, de una buena mariscada”.


En el mismo artículo se apunta otra cuestión: “Otro factor influyente en la adquisición de obras de arte es la tendencia a construir viviendas cada vez más pequeñas [...]. Empieza a faltar espacio para los objetos decorativos”, según una galerista especializada en arte asiático: he aquí que, de repente, las piezas artísticas se convierten, en Feriarte, en meros objetos decorativos, es decir, mercancía pura y dura equiparable a la reproducción a escala reducida de la estatua de la Libertad que el turista trae como souvenir cuando vuelve de Nueva York. “Sí, Tolstói –se lamenta el transeúnte–, al fin y al cabo el artista es un hombre que lo sabe dibujar y pintar todo, el mercader es quien sabe sacar beneficios, y el comprador espabilado, quien sabe obtener rendimiento”. El transeúnte no dice nada extraordinario: se limita a repetir una cantinela más antigua que la Biblia.


Pero lo que más sorprende el transeúnte es que las obras de arte no sean imprescindibles, ni tan sólo necesarias, para inaugurar un museo de arte. El MAXXI, que es el nuevo centro de arte contemporáneo de Roma –un espléndido edificio concebido por la arquitecto iraquí Zaha Hadid, del cual Nicolai Ouroussoff dijo en el New York Times que “habría agradado a Bernini”; las tres últimas “letras” de su nombre son, de hecho, los números romanos que significan nuestro siglo–, fue abierto oficialmente a mediados de noviembre... sin ninguna obra de arte de las 350 que está previsto exponer allí, las cuales se prevé que lleguen durante la primavera de 2010. Está claro que eso de inaugurar lo que sea antes de que esté acabado no es algo nuevo, y sirve sobre todo para que los políticos de turno aparezcan con cara de satisfacción en las fotografías y proclamen los éxitos de su gestión, aunque el mérito corresponda a menudo a quienes los precedieron en los cargos, que en este caso no eran precisamente de su partido, ya que la obra había sido aprobada en 1998 (cuando el ministro de Bienes y Actividades Culturales de la República Italiana, y luego alcalde de Roma, aquel mismo año, era Walter Veltroni, secretario nacional de los Demócratas de Izquierda, dicho esto entre paréntesis).



El transeúnte deja esta nota: “Estimado Kandinsky: como muy bien dices después de haber asumido las sencillas palabras de Tolstói, cuando han visto las obras de arte `las almas hambrientas se van hambrientas. La muchedumbre camina por las salas y encuentra las pinturas bonitas o grandiosas. El hombre que podría decir algo no ha dicho nada, y el que podría escuchar no ha oído nada. Este estado del arte se llama l’art pour l’art. Si hubieras estado en la inauguración del MAXXI, habrías visto que la muchedumbre caminaba por las salas, pero no encontraba más que paredes y espacios vacíos, aunque pudo admirar la magnífica caja donde, si no pasa nada, dentro de poco se guardarán unas cuantas obras hechas por hombres que lo sabían dibujar y pintar todo”.


Malos tiempos, como casi siempre, para la cultura que, sin embargo, no se resigna a ser la eterna Cenicienta del poder político y económico. Ya no se trata sólo de “vivir del arte” en el sentido estricto de la expresión, sino también de “vivir y trabajar para conservar el arte”. Las instituciones que deben velar para que esto, conservar el arte y dinamizarlo, sea una realidad, a la hora de repartir ayudas y subvenciones están siempre a la cola, de manera que hasta el personal de los grandes museos de París ha ido a la huelga para mostrar su desacuerdo con las drásticas reducciones de personal impuestas por la Administración de la République.



Si alguien lo sabe dibujar y pintar todo, que siga haciéndolo: nadie se lo impedirá, y si tiene éxito, las aves de rapiña, siempre vigilantes, lo honrarán colocándolo en una nube mientras ellos, con los pies bien firmes en el suelo, harán su agosto en cualquier estación del año.


* Wassily Kandinsky: De lo espiritual en el arte

Título original: Über des Geistige der Kunst

Traducción: Elisabeth Palma,

Premiá editora, Tlahuapan, Puebla (México), 1979.


Ilustraciones, de arriba abajo:


- Wassily Kandinsky: Composición IV (Kunstsammlung Nordrhein-Westfallen, Düsseldorf).

- El MAXXI de Roma, diseñado por Zaha Hadid (foto © Image Shack Corp.)

- El Centre Pompidou de París en huelga (foto © Reuters).


Traducción del catalán: Carlos Vitale.


34 comentarios:

Jobove - Reus dijo...

cuenta con mi blog para lo que gustes, buen viaje en este inicio

un saludo desde Reus

JUANAN URKIJO dijo...

Eres un crack, transeúnte!
Enhorabuena.

J.

P.S. Kandinski figura entre los míos más míos...

Albert Lázaro-Tinaut dijo...

Muchas gracias a ambos: vuestras palabras me dan aliento para perseverar en esta obligación bloguera que me he impuesto.
Saludos cordiales.

Liliana Lucki dijo...

Mas que interesante.Un placer pasar por este espacio.

Saludo desde Argentina,Liliana

Unknown dijo...

Esta excelente reflexión que aquí le me lleva a pensar un poco en voz alta…
Kandisnsky, supo romper con lo establecido explicando el porqué lo hacía de una manera mucho más humana y entendible para quienes después se quedaban absortos ante su obra, contemplándola mientras el tiempo seguía su curso para los demás y se detenía para los observantes.
Hoy en día, el arte tiene tendencias banales con una sutilidad ínfima. Provocado entre otras cosas porque la creatividad del artista esta suplido por una mediocridad avalada por la misma sociedad que lo admira, respeta y compra su obra. La crítica suele ser la tendencia que termina por convertir la calidad y lo bonito en algo intangible colgado en la pared de la cocina, el baño o la cabecera de la cama.
Cuando Kandinsky se dio cuenta –según sus propias palabras-, de lo perjudicial que era la objetividad de las formas en sus cuadros, entró de lleno en un mundo de abstracción donde la intuición del artista era el único aval que disponía para enfrentar sus miedos y su propia realidad.
Un abrazo

Irena de O dijo...

Estimado:
me gustaría saber como llegó mi dirección a ti
Un abrazo y que te vaya muy bien en el 2010

Albert Lázaro-Tinaut dijo...

Liliana: muchas gracias por abrir tu ventana, en la Argentina, para contemplar el panorama que, modestamente, ofrezco desde las orillas del Mediterráneo.
Un saludo cordial.

Albert Lázaro-Tinaut dijo...

Juan: tu comentario es, en realidad, una aportación importante a mi artículo, ya que presenta un enfoque muy auténtico del punto de vista de Kandinsky sobre el arte y concreta perfectamente su decisión de pasar a la abstracción. Fue sin duda un artista fundamental y, además, sumó a su talento creativo en lo plástico el de teórico clarividente, por lo que sus ideas no hay que interpretarlas sólo en clave pictórica, sino también a través de la sencilla claridad de sus reflexiones.
Te agradezco infinitamente esta contribución al debate.
Entré en tu blog atraído por el post "A cal y canto". Ahora me he añadido a tus muchos seguidores.
Gracias y un saludo cordial.

Albert Lázaro-Tinaut dijo...

Irena: me resulta difícil saber de dónde procedió tu dirección, muy probablemente la hallé en el pozo sin fondo de Internet. Lamentaría que te hubiera molestado mi invitación a visitar esta bitácora.
Saludos cordiales desde Barcelona y mis mejores deseos también para ti en el nuevo año.

Lobo Fino dijo...

Feo asunto esto de la cosificación del bípedo depredador..., mas el auténtico artista sigue en pie creando sobre su espacio-tiempo, se da modos para no extinguirse, titila en los suburbios del ciberespacio. Se ha deshumanizado el público, no el arte en sí. "La masa" siglo XXI no puede percibir por sí misma, sino que los ¡ah! y ¡oh! de "admiración" que profiere se lo dicta el poder mediático, porque ya está a medio camino del mundo feliz, aunque en vez del "soma" habrá un chip para que goce repitiéndose del menú de los útiles.

Te invito, Albert, a que visites mi página.
www.lovochancho.com

Albert Lázaro-Tinaut dijo...

Otro excelente comentario el tuyo, Juan. Estoy de acuerdo, el artista pervive, pero con frecuencia ha de pagar un precio muy alto por la difusión de su obra. La Red se ha convertido en un vehículo excelente para descubrir buen arte, pero éste no puede quedar reducido a las posibilidades del ciberespacio. Y sobre la educación del público habría mucho que discutir...
Gracias por tu reflexiva opinión. Visité tu página y es un goce disfrutar de las bellas imágenes de la naturaleza andina. Dejé un comentario.
Saludos cordiales.

Doctor Krapp dijo...

El problema del arte actual es lo que definió Rubert de Ventós como ensimismamiento, esa especie de solipsismo que hace que cada vez sea más importante el continente que el contenido, lo que indefectiblemente conduce a su deshumanización.
Un saludo, mis dos blogs están a tu disposición para que les eches una vistazo y se te apetece, te enlaces con ellos.

Susana dijo...

Excelente reflexión transeúnte. Aquí en el norte de Europa el arte también está a la cola o pertenece a un pequeño grupo. Lamentablemente el gobierno da poca subvención a los estudios artísticos, incluyendo los históricos.
Saludos desde holanda !
Susana

Danilo Gatti dijo...

Hola, he recibido la invitacion a tu blog por mail, por lo que veo es muy interesante.
desde ya te agradezco la deferencia de invitarme, dejare tu blog en favoritos para leerlo con mas tiempo
abrazo

haideé dijo...

Todos formamos parte de la cultura, saber ser tú sin que te afecten todos los otros comportamientos, es para mi la mejor expresión artística... y también no apegarse a los conceptos... pero bueno, yo mismo cuestiono lo que es arte... etiqueta, una etiqueta... mejor hacer lo que uno considere oportuno sin jueces... y por decir esto me han tirado ladrillos (de palabras) a la cabeza, jejeje...

Lo mejor es no sentir ningún tipo de resentimiento hacia nadie, pero bueno, tan sólo es mi personal percepción...

Un cordial saludo, me alegra que te haya gustado el lugar en el que me expreso. Y me alegra haber conocido el tuyo. Espero sigamos en contacto :)

Aprovecho para dese-arte unas ¡Felices Fiestas! :)

haideé dijo...

Misma, que soy mujer, jeje...

Albert Lázaro-Tinaut dijo...

Me discupo por haber tardado en responder.

Dr. Krapp: Respeto a Rubert de Ventós y también muchas de sus opiniones; sin embargo, generalizar entraña el mismo peligro que intentar globalizar cualquier cosa, y referirse al "arte actual" como un todo uniforme cuando probablemente ofrece más opciones que nunca, me parece un atrevimiento con el cual no puedo comulgar. Aun así, acepto que hasta cierto punto esa interpretación pueda ser válida, del mismo modo que entiendo que entre los autodenominados artistas hay muchos que se aprevechan del desconcierto general (no sólo en el mundo del arte) y den gato por liebre; en ese caso se ponen a la altura de los comerciantes sin escrúpulos. Sea como fuere, no me gusta generalizar.
Gracias por el comentario, aunque sólo esté parcialmente de acuerdo con él.

Susana: Es interesante recibir una opinión "del norte", sobre todo cuando procede de una persona que, como tú, se considera "un ser híbrido en busca de su geografía" y no eres, precisamente, de ese norte en el que ahora resides. En cualquier caso, razón no te falta, y haces bien en denunciar esa situación para desmontar el tópico de que en ciertos países las cosas se hacen mejor que en otros con fama de descuidados en cuestiones culturales. Gracias por tu aportación y un saludo cordial desde el sur.

Danilo: Gracias por tu deferencia de seguir mi bitácora. Será un placer para mí y, a mi vez, seguiré los blogs en los que colaboras.

Haideé: Pese a que hayas desplazado una vocal más allá el acento gráfico de tu nombre, ya me había dado cuenta de que eras mujer antes de empezar a leer tu comentario. Por supuesto, la libertad individual se antepone a todo (siempre que respete la de los demás), aunque recibir críticas, si son constructivas, ayuda. El que "critica" (verbo que suele interpretarse siempre en sentido negativo, cuando en principio no lo tiene) no debe ser juez, sino únicamente intérprete de la obra de otros. Y si lo del resentimiento se refiere a mis opiniones acerca de quienes se aprovechan de los creadores para lucrarse, te aclaro que no se trata de eso, sino de poner de manifiesto una realidad: la de los "depredadores", en cualquier ámbito de la vida, y en este caso concreto en el de las artes plásticas.
También a ti te agradezco el comentario, que entiendo bienintencionado y sincero. Me honra que te hayas convertido en seguidora de mi bitácora.

Eva Magallanes dijo...

Transeúnte, como ves, he vuelto. Y compruebo gratamente que no tan sólo nos une el aprecio por las diversas etnias y sus culturas, si no también el interés por otras temáticas. (¡me encanta Kandinsky, en La Cala hay un escrito sobre él!) Este post tuyo es escalofriante... arte como mercancía y público ignorante, una dupla nefasta. Los poderes de toda índole, los mismos que conservan nuestro global sistema podrido, también aprisionan con sus tentáculos a las obras y a los artistas. Por harto tiempo, luché en mi pequeño circuito por la educación del espectador, pero hay cero conciencia de la importancia que esto tiene, cero lucidez con respecto al arte como una vía de conocimiento y de gran evolución interior para todos y todas, no es un privilegio de sus autores y de los "entendidos"... por eso valoro enormemente los pequeños aportes que podamos hacer en la blogósfera aunque parezcan aullidos solitarios en el desierto... crear redes y sumar aullidos...

Bueno, aquí estoy y te dejo un tremendo abrazo!

Albert Lázaro-Tinaut dijo...

Eva, es un gran placer volverte a leer y comprobar una vez más que nos unen muchas afinidades. Es cierto, lo único que podemos hacer es aullar en el desierto; sin embargo, satisface comprobar que en ese desierto hay oasis de comprensión y que nuestras palabras no caen del todo en saco roto.
El de las artes plásticas no es más que un ejemplo de la tremenda manipulación a la que estamos sometidos, desde todos los puntos de vista. El artista plástico opone a ella su creatividad, el ascritor, la palabra, el músico, sus composiciones... Cada uno, desde su limitado espacio de libertad, aporta lo que sabe y lo que puede, y ello significa que estamos vivos y que tejemos una red para protegermos, hasta cieto punto, de esos poderes que nos avasallan.
Estaremos en contacto, me interesa mucho lo que haces y cómo lo haces.
Un abrazo fraternal.

Sergio dijo...

Realmente duele a la vista esa frase: "Empieza a faltar espacio para los objetos decorativos" máxime si quien la pronuncia es una persona especializada en arte. Tal vez deberíamos recomendarle la lectura de un libro titulado "Abbadon el exterminador", de Ernesto Sabato, donde hay una serie de reflexiones sobre el tema. No obstante, ese pensamiento está más extendido de lo que podemos pensar. Los cuadros son objetos decorativos, los libros y el cine, entretenimiento, la música, algo que nos puede hacer compañía mientras hacemos cualquier otra cosa. Quizá mi experiencia pueda estar un poco condicionada por la clase social a que pertenezco (clase obrera, sangre de barrio), pero casi nadie que yo conozca pensaría seriamente contemplar un cuadro durante más de quince o veinte segundos, rara vez se relee un libro y, por supuesto, nadie va a perder el tiempo escuchando música. (Desde ese punto de vista, claro está, escribir, pintar, componer, esculpir, etc, sólo son meros entretenimientos que no nos aportan nada y de los que deberíamos alejarnos porque nos distraen del trabajo).

Albert Lázaro-Tinaut dijo...

Tu comentario invita a reflexionar, Al_andar, porque pones el dedo en la llaga sangrante de la banalización de la cultura. Me satisface que coincidas con mi opinión y, estoy seguro, con la de las muchísimas personas que formamos esa minoría de los "raros" (¡y a mucha honra!).
Te agradezco que te hayas pronunciado sobre un tema que no suele merecer la atención de los medios ni de la opinión pública en general, aunque, por fortuna, a veces ocurra.
Un saludo cordial.

Anónimo dijo...

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"Les esprits, qui à la vue de quelques triangles sur un tableau restent prisonniers de ces triangles et qui ainsi sont incapables de voir la peinture, sont les mêmes esprits qui sur toute figure masculine de l'antiquité firent mettre une feuille de vigne.
Mais je crois que la feuille de vigne elle-même n'avait pas le pouvoir de leur dessiller les yeux pour la forme plastique de l'antiquité...
La forme inaccoutumée masque le fond : il en est ainsi chez la plupart des hommes.
Le temps est seul capable de changer cet état de choses"

Extrait de l'article de Kandinsky "Réflexions sur l'art abstrait" publié dans les "Cahiers d'Art", VI Paris 1931, N° 7-8, p.351

J'adore Kandinsky ! Merci d'être venu visiter mon blog, et merci pour votre article sur Kandinsky

Anónimo dijo...

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