Josep Casamartina i Parassols publicaba el pasado 3 de junio en el suplemento en catalán ‘Quadern’ del diario El País un artículo titulado “Els pèsols arrenglerats” (‘Los guisantes alineados’)* en el que glosa la exposición del pintor cubista Juan Gris (Madrid, 1887 – Boulogne sur Seine, cerca de París, 1927), acogida hasta el 2 de julio por la galería Manuel Barbié de Barcelona.
Retrato de Juan Gris,
por Amedeo Modigliani (ca. 1915).
(© The Metropolitan Museum of Art, Nueva York)
Pese a que José Victoriano Carmelo Carlos González-Pérez (nombre completo y auténtico del pintor), uno de los grandes olvidados durante décadas del arte español, nada tuvo que ver con la capital catalana –salvo quizá por los referentes de otros artistas con los que se relacionó, Picasso sobre todo–, su obra ha estado presente de un modo u otro en el imaginario cultural de la ciudad, aunque no expuesta en sus museos. Es lamentable, en este sentido, que las pinturas de este gran represente del cubismo pictórico estén, en cambio, en varios de los museos de arte más importantes del mundo, contrariamente a lo que ocurre con Picasso, de cuya obra Barcelona conserva una parte fundamental.
Hay que mencionar, sin embargo, una excepción interesante, que consiste en las numerosas colaboraciones del artista madrileño, como ilustrador, en dos de las revistas catalanas más importantes del primer tercio del siglo XX: L’Esquella de la Torratxa i Papitu; unas “ilustraciones impecables, elegantes y sofisticadas”, dice Casamartina, “que se apartan bastante del cubismo severo y ascético que practicaba”. Los biógrafos de Juan Gris hacen hincapié en la necesidad que tuvo el artista de recurrir a estos pequeños trabajos para conseguir algunos, aunque escasos, recursos económicos.
Así, mientras que Picasso casi nunca sufrió estrecheces económicas, Juan Gris fue pobre toda su vida, y su compañera, Josette –dice Josep Casamartina–, cosía incansablemente para Coco Chanel y era, por consiguiente, el sustento de la familia. Con los años, el nada ingenuo marchante Daniel-Henry Kahnweiler fue haciéndose con la mayor parte de la obra de su admirado Juan Gris, que luego iría colocando entre los buenos coleccionistas y en los museos más prestigiosos. El Centro de Arte Reina Sofía de Madrid es, en este sentido, un beneficiario de lujo.
Los barceloneses, pues, hemos podido disfrutar durante casi un mes y medio de la exposición de ocho telas y once dibujos y gouaches de Juan Gris (ved aquí un breve video). Uno de esos lienzos, Nature morte a l'oeuf (‘Naturaleza muerta con huevo’), pintado en 1926, un año antes de morir –obra que no pasó por las manos de Kahnweiler, sino que fue heredada por el único hijo de Juan y Josette–, una pintura “de volúmenes radicales y a la vez paradójicamente planos, casi sin sombra, indica el camino que tal vez habría elegido seguir el artista ante la confrontación inminente que se gestaba entonces en París entre el naciente surrealismo y la abstracción que se consolidaba”, dice Casamartina, y añade: “El neoclasicismo de Ingres, que había hecho furor poco antes, favoreció al Gris dibujante y desorientó un poco al Gris pintor pero, de nuevo, la fuerza poderosa de la geometría, más austera que nunca después de voluptuosas tentaciones, se convertiría en la protagonista prácticamente única de su cautivador testamento”.
En la presentación de la muestra, el comisario de la misma, Juan Manuel Bonet, manifestó que Juan Gris “fue un ‘secreto a voces’ para el mundo del arte y para las instituciones públicas españolas”, y que su obra, como la de Julio González o incluso la de Picasso, tardó mucho tiempo en ser reconocida por el Estado. En el caso de Juan Gris, ni siquiera la República española se interesó por ella, y hasta 1982 –55 años después de su muerte– su ciudad natal, Madrid, no le dedicó una primera exposición. Las colecciones públicas españolas, por su parte, no incorporaron obras de Juan Gris hasta 1977, durante la transición postfranquista hacia la democracia.
El transeúnte sólo tiene constancia de una ocasión en que algunas obras del pintor cubista madrileño, pertenecientes a la colección de Telefónica, fueron expuestas en Barcelona. Fue con motivo de la muestra titulada El cubisme i els seus entorns (‘El cubismo y sus entornos’), presentada en el Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC), que se pudo visitar del 21 de diciembre de 2005 al 7 de mayo de 2006. Entonces fueron once las obras de Juan Gris que se presentaron.
Pobre el homenaje rendido hasta ahora en la capital catalana a quien muchos consideran el mejor representante de la pintura cubista, aunque resulte altamente meritoria la contribución de la galería Manuel Barbié. Ojalá que se presente pronto la ocasión de dedicarle una buena exposición antológica.
* La traducción de los fragmentos de dicho artículo que se citan es del transeúnte.
Retrato de Juan Gris,
por Amedeo Modigliani (ca. 1915).
(© The Metropolitan Museum of Art, Nueva York)
Pese a que José Victoriano Carmelo Carlos González-Pérez (nombre completo y auténtico del pintor), uno de los grandes olvidados durante décadas del arte español, nada tuvo que ver con la capital catalana –salvo quizá por los referentes de otros artistas con los que se relacionó, Picasso sobre todo–, su obra ha estado presente de un modo u otro en el imaginario cultural de la ciudad, aunque no expuesta en sus museos. Es lamentable, en este sentido, que las pinturas de este gran represente del cubismo pictórico estén, en cambio, en varios de los museos de arte más importantes del mundo, contrariamente a lo que ocurre con Picasso, de cuya obra Barcelona conserva una parte fundamental.
Hay que mencionar, sin embargo, una excepción interesante, que consiste en las numerosas colaboraciones del artista madrileño, como ilustrador, en dos de las revistas catalanas más importantes del primer tercio del siglo XX: L’Esquella de la Torratxa i Papitu; unas “ilustraciones impecables, elegantes y sofisticadas”, dice Casamartina, “que se apartan bastante del cubismo severo y ascético que practicaba”. Los biógrafos de Juan Gris hacen hincapié en la necesidad que tuvo el artista de recurrir a estos pequeños trabajos para conseguir algunos, aunque escasos, recursos económicos.
Así, mientras que Picasso casi nunca sufrió estrecheces económicas, Juan Gris fue pobre toda su vida, y su compañera, Josette –dice Josep Casamartina–, cosía incansablemente para Coco Chanel y era, por consiguiente, el sustento de la familia. Con los años, el nada ingenuo marchante Daniel-Henry Kahnweiler fue haciéndose con la mayor parte de la obra de su admirado Juan Gris, que luego iría colocando entre los buenos coleccionistas y en los museos más prestigiosos. El Centro de Arte Reina Sofía de Madrid es, en este sentido, un beneficiario de lujo.
Los barceloneses, pues, hemos podido disfrutar durante casi un mes y medio de la exposición de ocho telas y once dibujos y gouaches de Juan Gris (ved aquí un breve video). Uno de esos lienzos, Nature morte a l'oeuf (‘Naturaleza muerta con huevo’), pintado en 1926, un año antes de morir –obra que no pasó por las manos de Kahnweiler, sino que fue heredada por el único hijo de Juan y Josette–, una pintura “de volúmenes radicales y a la vez paradójicamente planos, casi sin sombra, indica el camino que tal vez habría elegido seguir el artista ante la confrontación inminente que se gestaba entonces en París entre el naciente surrealismo y la abstracción que se consolidaba”, dice Casamartina, y añade: “El neoclasicismo de Ingres, que había hecho furor poco antes, favoreció al Gris dibujante y desorientó un poco al Gris pintor pero, de nuevo, la fuerza poderosa de la geometría, más austera que nunca después de voluptuosas tentaciones, se convertiría en la protagonista prácticamente única de su cautivador testamento”.
En la presentación de la muestra, el comisario de la misma, Juan Manuel Bonet, manifestó que Juan Gris “fue un ‘secreto a voces’ para el mundo del arte y para las instituciones públicas españolas”, y que su obra, como la de Julio González o incluso la de Picasso, tardó mucho tiempo en ser reconocida por el Estado. En el caso de Juan Gris, ni siquiera la República española se interesó por ella, y hasta 1982 –55 años después de su muerte– su ciudad natal, Madrid, no le dedicó una primera exposición. Las colecciones públicas españolas, por su parte, no incorporaron obras de Juan Gris hasta 1977, durante la transición postfranquista hacia la democracia.
El transeúnte sólo tiene constancia de una ocasión en que algunas obras del pintor cubista madrileño, pertenecientes a la colección de Telefónica, fueron expuestas en Barcelona. Fue con motivo de la muestra titulada El cubisme i els seus entorns (‘El cubismo y sus entornos’), presentada en el Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC), que se pudo visitar del 21 de diciembre de 2005 al 7 de mayo de 2006. Entonces fueron once las obras de Juan Gris que se presentaron.
Pobre el homenaje rendido hasta ahora en la capital catalana a quien muchos consideran el mejor representante de la pintura cubista, aunque resulte altamente meritoria la contribución de la galería Manuel Barbié. Ojalá que se presente pronto la ocasión de dedicarle una buena exposición antológica.
* La traducción de los fragmentos de dicho artículo que se citan es del transeúnte.
30 comentarios:
Excelente resumen.
En el Museo de Montserrat, se conservan unos originales muy interesantes. Enlace: http://www.lukor.com/literatura/noticias/0510/07153541.htm
Incluso disponen de un oleo de su mejor época.
Por otra parte, a veces pienso que a muchos pintores, se les considera malditos aun no se por que en ciertas capitales o provincias, cuando el arte es simplemente universal.
Mal negocio hacen ciertos galeristas obviando a ciertos pintores.
La historia, siempre termina poniendo el arte de cada uno en su sitio. Y si no que se lo pregunten a Sotheby's.
Un abrazo
Y reitero mis felicitaciones por esta entrada.
Efectivamente, se trata de lo que habalamos amenudo. Fama, arte, espectáculo ... demasiadas mezclas.
Excelente!!!
Como siempre gracias por la información, no puede ser de otra forma, sin leerte no sabría que estas cosas estan ahi. Me gustan las imagenes. Un caluroso saludo desde Jaén....
Jan: agradezco mucho tu contribución: ignoraba que en Montserrat se conservaran originales de Juan Gris, es una buena noticia.
Y así es, en efecto: el tiempo va poniendo las cosas en su sitio (más vale tarde que nunca).
Tienes razón, Cesc, hemos hablado de estas cosas varias veces. También habría que mencionar los intereses. En el caso de Juan Gris y de otros artistas nada afectos del "régimen", el franquismo (con sus intereses ideológicos) supuso un gran freno para divulgar su obra. Pero desde que enterraron a Franco bajo una pesada losa, ¿cuánto tiempo ha habido para recuperar el tiempo perdido? He aquí la cuestión...
Una abraçada.
Gracias una vez más, Lola, por tu interés y por tu comentario. Me satisface saber que este texto te ha aportado algo nuevo.
Un saludo cordial.
agradecido por la invitación, proporcionando oportunidades para mí el placer de llevarse a casa la opinión de grandes obras como éstas.
¡Buena suerte
aún más
Biagio Grisi
Very nice and interesting. Saludos!
Gracias, Biogio, por tu visita y por las palabras que me has dejado.
Saludos cordiales.
Thank you, dear friend Phivos, for your comment.
Χαιρετισμούς!
Siempre se aprende de este transeunte, por eso no me canso nunca de visitar todas sus miradas.
Un fuerte abrazo
Marian
É um dos meus pintores favoritos depois de Picasso e Gauguin.Gostei muito de ver e ler esta publicação.Te saudo,um abraço.
Opere davvero interessanti. Sarebbe bello poter vedere questa mostra.
Marian, tú siempre tan cordial y generosa... ¿Y lo que aprendo yo de ti?
Abrazos.
Mui bueno! os pintores famosos são tidos como malditos, os antigos claro, gosto muito do teu Blog, mas não vim aqui para comentar isso e, sim para parabennizar-te pelo Iniesta e, por todo selecionado Espanhol.
Un caluroso saludo de Brasil,
Arturo
VINO MORAIS: Me satisface mucho tu comentario. Juan Gris fue uno de los grandes artistas del siglo XX, pero tuvo la desgracia de ser menos apreciado y valorado que otros, tal vez porque murió demasiado joven y, además, en España se le dio a conocer muy tarde. Es el momento de ponerlo en el lugar que le corresponde.
Un abrazo cordial también para ti.
DANIELE: Ormai la mostra è finita, ma mi sembra un buon inizio per diffondere di più l'opera di questo grande artista.
Grazie per il tuo commento.
ARTURO: Muchas gracias por tu comentario sobre esta bitácora y el artículo. El comentario futbolístico también se agradece, pero el tema queda un poco al margen de mis auténticos intereses.
Saludos cordiales.
Very nice and interesting blog! I will visit again!
Martina from Sweden
Thank you very much for your comment, Martina. You are welcome in this virtual space!
Regards.
Enhorabuena por esta entrada que hace justicia a nuestro gran pintor cubista, Juan Gris. Espero que llegue la hora de su gran exposición. Yo vi cuadros increíbles en el MoMa al lado de Braque y Picasso en el lugar que merecía. A veces a los españoles nos cuesta celebrar a los nuestros.
un saludo
Concha: Lo de "nadie es profeta en su tierra" me parece que es un dicho muy nuestro, y por algo será. Yo también espero que alguna institución, pública o privada, nos honre pronto con la gran exposición que Juan Gris merece, y que ésta recorra la Península para que los españoles se puedan acercar a su obra.
Gracias por tu comentario y un saludo cordial.
Adorei conhecer seu blog, estarei sempre aqui...
reginadecoupage.blogspot.com
Abraços...
Bienvenida, Regina, y muchas gracias por su amable comentario.
Abrazos cordiales.
Excelente crónica sobre la exposición de Juan Gris, estimado Albert. ¡Qué lástima no haber podido estar durante esos días en Barcelona para admirar su obra!
Saludos cordiales.
PD. Quise hacerte llegar el siguiente breve comentario a tu blog "Impedimenta", pero no lo conseguí. Aprovecho la ocasión para hacerlo desde aquí.
"Confieso mi escaso conocimiento de la literatura estonia, así que te agradezco enormemente que me hayas dado a conocer a Jüri Talvet. Creo que no tardaré demasiado en leer alguna de sus obras".
Gracias por tu visita y por tu comentario, Luis. Ojalá que Juan Gris tenga pronto la exposición que merece.
En cuanto a mi amigo Jüri Talvet, te anuncio que acaba de editarse una nueva antología bilingüe de la que soy traductor. Aún no he visto el libro, que salió de imprenta el día 15: está publicado por Olifante, de Tarazona.
Un fuerte abrazo.
Albert
Gracias por la aproximación al pintor del que nunca sabré demasiado y lástima que estuve deambulando por Barcelona y me hubiera gustado acercarme a verla.
Salut
Carme, valía la pena ver la exposición, aunque las obras fueran realmente pocas. Esperemos que, como digo en respuesta a otros comentarios, Juan Gris reciba pronto el homenaje que su obra merece mediante alguna gran exposición antológica e itinerante.
Un saludo cordial.
Hola Albert, que pena que me perdí esta exposición, no tenia idea.
Si que creo recordar en cambio la exposición del 2005 en el MNAC, incluso he visto alguna de sus obras en otros museos.
Gracias por recordarnos a un pintor que aportó tanto al cubismo. Siempre se habla de los grandes pero nos olvidamos siempre de los pintores menos destacados y no por ello con menor talento.
Aventurer@: La verdad es que esa exposición se difundió muy poco; yo no me enteré de ella hasta que pasé casualmente frente a la Galería.
La diferencia entre los grandes y los otros que comparten talento y méritos con ellos, es que los primeros supieron colocarse en primera fila y ser objeto de atención, muchas veces no por su propia obra, sino por su vida privada y por su presencia habitual en los "lugares de referencia". Juan Gris fue un pobre hombre y, al mismo tiempo, un hombre pobre, y tenía que dedicar mucho tiempo a su trabajo para ganarse el pan de cada día: no tuvo tiempo (y, supongo, que ni ánimos) para la vida social. Eso, en una sociedad tan falsa como la nuestra, pasa factura.
Gracias por tu comentario y un saludo cordial.
Publicar un comentario