27 julio 2014

Otro esfuerzo por la supervivencia de las lenguas originarias en México

Imagen de la conmemoración del Día Internacional de las Lenguas
Maternas en la Sierra Norte mexicana, que concentra las lenguas
 tu’tu, nakuj, tepehua, ñhañhu y náhuatl (21 de febrero de 2014).
(Fuente: Educación Contra Corriente)


El poeta y traductor nahua-hablante Sixto Cabrera González, natural de la localidad de Soledad Atzompa, en el estado mexicano de Veracruz, ha publicado su obra –parte de la cual se ha traducido al inglés, francés, portugués e italiano– en diferentes revistas y suplementos culturales de la prensa de su país, y ha participado en festivales tanto en México como en el extranjero.

En 1994 obtuvo un Estímulo para la Creatividad Artística y Cultural, otorgado por el gobierno mexicano a través del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes, y en 2009 una beca para jóvenes creadores en literatura náhuatl mediante el Programa de Estímulos a la Creación y al Desarrollo Artístico de Veracruz. En 2013 el mismo programa veracruzano le concedió otra beca en la categoría de Creadores con Trayectoria en Literatura Náhuatl.

Ahora hace llegar a este transeúnte, que se complace en reproducirla, la convocatoria de una marcha por la preservación de las lenguas indígenas, programada para el próximo mes de agosto.

Mapa de México con los porcentajes de hablantes del náhuatl.
(Fuente: Wikipedia Commons, 2009)

Marcha nacional por la preservación de las lenguas indígenas

Por la ignorancia nos han engañado más que por la fuerza.
Simón Bolívar

Amig@s escritore@s, poetas, artistas y gente interesada:

Esta carta la dirijo a ustedes en espera de su comprensión, sabedor de que a más de uno no le agradará ni como idea; pero, que respeto de antemano; esto es para hacer de su conocimiento mi atrevimiento e insistencia en la difusión y preservación de las lenguas indígenas a nivel nacional e internacional, porque forman parte primordial en el entorno de las raíces de nuestras comunidades, y esto es en sí, para que suceda
la comunicación y modos de expresión, ya que sin ellas no nos entenderíamos y porque nuestras costumbres milenarias encierran un cosmos, que lamentablemente está en riesgo de desaparecer si no hacemos algo al respecto. Porque ya sucedió en algunas comunidades de nuestra sociedad, a pesar de que la Sierra Fría de Zongolica, de donde provengo, es considerada una zona indígena y sus habitantes eran en su mayoría hablantes de la lengua náhuatl, nos encontraremos con comunidades que
ya no son bilingües, pues se les ha impuesto el castellano, al grado de sentirse avergonzados. Por ello, mi atrevimiento a realizar una marcha por todo el territorio nacional, pues para nadie es un secreto que otras lenguas para desgracia de nuestro patrimonio cultural han desaparecido y otras están en peligro de extinguirse. Mi única intención es y será durante el recorrido promover y difundir nuestras lenguas y sensibilizar a los no hablantes de las lenguas en las grandes ciudades. Y en otra gran parte, sensibilizar a nuestra propia gente para que sepa apreciar su origen, y que son ellos quienes en su afán de dominar el habla del castellano van perdiendo sus raíces culturales, usos y costumbres.

El activista Irwin Sánchez enseñando la lengua náhuatl en Nueva York.
(Fuente: Organización Mano a Mano)
Quienes estamos escribiendo en alguna de nuestras lenguas vivas, nos esforzamos aportando nuestro granito de arena por preservar nuestra lengua, esa hermosa palabra florida que nuestros abuelos nos heredaron, desde pequeños; pero, lamentablemente, a los escritores en lenguas indígenas pareciera que se nos puede contar con los dedos, somos muy pocos a pesar de los miles de hablantes. Mentiría si les dijera que en mi pueblo, a pesar de que desde el vientre de nuestras madres escuchamos las palabras hermosas en náhuatl y después crecemos hablándola, no sabemos ni la escritura; esto, a pesar de que supuestamente la educación básica es bilingüe, que nada tiene de bilingüe. Solamente es letra muerta.

Por ello, los nativos y gente hablante de otras lenguas debemos impulsar nuestros usos y costumbres, desde el punto de partida de nuestras lenguas vivas y ya no permitir que mueran más, quienes la escribimos debemos a la vez impulsar nuevos talentos. No hay que apagar la luz de otro para que brille la nuestra…, reza la frase de Mahatma Gandhi.

Recuerdo que cuando empecé a escribir en 1994, sólo algunos sobresalían por tener acceso a publicaciones. Y quienes no, moríamos en el intento. Muchos se quedaron. Ahora debe ser lo contrario a nuestra egolatría, debemos multiplicarnos para que nuestras lenguas sobrevivan en un mundo globalizado.

Por tanto la salida dará inicio en la Congregación de Atzompa, municipio de Soledad Atzompa, Veracruz, ubicado en la inmensa Sierra Fría de Zongolica, el día 11 de agosto del año en curso a las 10:30 a.m., recorriendo primero el sur para bordear al centro yendo al norte, para regresar al centro del país. Esto se traduce en lecturas en plazas públicas, casas de cultura, autobuses, universidades, presentación de libros, etc., donde se abra un espacio con la única intención de difundir la lengua de nuestros ancestros.

Partiré con las manos vacías y con los bolsillos llorando, es decir, sin dinero, pero estoy seguro que sabré lidiar con ello. Sé que no me faltará un piso para dormir, un taco que compartir, y mucha palabra que dar a conocer. Por lo que, qué más agregar. Me guío por la necesidad de contribuir a que la lengua milenaria, la de los tlacuilos no se decrete algún día muerta a falta de hablantes, que siga presente y cobre fuerza para seguir sobreviviendo a pesar de que la globalización nos orilla, nos arrincona, aquí, donde desde tiempos remotos se nos ha desplazado.

Quiero adelantar que no seré el poeta que con este movimiento pretende lograr mucho, porque no sé aún lo que suceda. Sólo espero que sin egolatrías sumemos esfuerzos con la finalidad de que logremos rescatar nuestras lenguas vivas del destino que les espera. Adelantar también que no tengo preparación académica, sino que soy un autodidacta que nació hablando la lengua materna por herencia de los abuelos.

Sea pues todo esto en favor de nuestras lenguas indígenas. Y desde ya, agradecer a todos aquellos que están en espera de la fecha. Y alistándose para programar algo en su lugar de residencia. De antemano, muchísimas gracias a todos ustedes.

Fraternalmente,

Sixto Cabrera González, poeta náhuatl

Soledad Atzompa, Veracruz, México.


Este diccionario, editado por Foroxd, se puede descargar
gratuitamente a través de este enlace.


13 julio 2014

Fiasco de una conmemoración: el centenario del atentado de Sarajevo

El magnicidio de Sarajevo según un grabado de la época.

Como se ha divulgado hasta la saciedad en las últimas semanas, se ha querido conmemorar en Sarajevo el centenario del atentado que el 28 de junio de 1914 costó la vida al archiduque Francisco Fernando de Austria –heredero de la corona imperial– y a su esposa, la duquesa Sofía Chotek, hecho que sirvió de excusa (o detonante) para el estallido de la primera guerra mundial.

Los medios de comunicación occidentales han dedicado más o menos espacio a esa conmemoración, pero no han hecho hincapié, sin embargo, en que fue un gran fracaso, y que los habitantes de la ciudad habían sido marginados. Sarajevo, que todavía muestra muchas cocatrices del asedio más terrible de la historia contemporánea (desde el 5 de abril de 1992 hasta el 29 de febrero de 1996, con la muerte de más de 12.000 personas y 50.000 heridos, además de importantísimos destrozos en la ciudad), y aún no se ha rehecho psicológicamente de aquella tragedia, no hubiera debido sufrir el atropello internacional de una exagerada conmemoración centanaria.

Uno de los actos conmemorativos del centenario del atentado de Sarajevo:
la colocación de una corona de laurel en el lugar del magnicidio.

(Foto © afp)

Los representantes de la Unión Europea (VIPs) que asistieron a los actos programados por ésta, “prisioneras de su tecnocracia, no tenían nada que decir sobre la historia”, y los medios de comunicación “sólo desempolvaron viejas imágenes, centrándose en el enfrentamiento franco-alemán, sin apenas evocar el complejo juego de alianzas ni el trasfondo social del drama”, denuncia el periodista francés Jacques Pilet, quien se refiere sobre todo, situándose hace un siglo, a los odios nacionalistas y la persecución de judíos, homosexuales y artistas, acusados de haber provocado la “decadencia occidental”, de la cual fueron responsables, sobre todo, los dirigentes políticos que fomentaron el odio entre países vecinos (aquellos polvos se convirtieron, en 1939, como sabemos, en lodos todavía más lamentables...).

Gavrilo Princip tras su detención.

Ese odio estuvo de algún modo presente en las celebraciones de 2014: mientras los “occidentales” recordaban casi festivamente, sin entrar en el fondo de la cuestión, el funesto atentado y sus consecuencias, los serbios rendían homenaje al autor material del magnicidio, Gavrilo Princip, miembro de la organización clandestina Mlada Bosna (‘Joven Bosnia’), que fue únicamente (y también imprevistamente) la mano ejecutora de un grupo conspirador –formado por un grupo de militares encabezado por el coronel serbio Dragutin Dimitrijević– que luchaba por la emancipación de Bosnia del Imperio austrohúngaro (no es casual que el puente sobre el río Bosna junto al que se produjo el atentado sea conocido como Puente Latino [Latinska ćuprija] por los bosnios y Puente Princip [Principov most] por los serbios, que le dieron esa denominaron en 1918 y la mantuvieron hasta 1992, cuando Bosnia y Hercegovina se independizó de la federación yugoslava).

El Puente Latino sobre el río Bosna. A la izquierda, el museo
dedicado al magnicidio, frente al lugar donde se produjo.
(Foto © Anjci)

En el texto que presentamos a continuación es muy crítico con los organizadores y los medios de comunicación internacionales y denuncia bien a las claras lo que significaron los actos oficiales del 28 de junio de 2014 para los habitantes de la ciudad.

Albert Lázaro-Tinaut


Placa junto al Puente Latino de Sarajevo que recuerda
el lugar donde tuvo lugar el atentado.
(Foto © Michael Büker)


El centenario visto por una sarajeviana

Por Zehra Sikias

Para una serajeviana como yo, las conmemoraciones del centenario han sido mucho más que una decepción. Me resulta difícil encontrar la palabra exacta para describir los sentimientos que me invadieron, pero humillación es probablemente la que predomine.

El atentado de Sarajevo tuvo lugar hace cien años y, sin embargo, Sarajevo 1914 es como si fuera ayer.

Como sarajeviana, me siento profundamente enraizada en mi ciudad. Su historia es la mía. Sus heridas son las mías. Sus cicatrices, también. Tengo, por otro lado, una identidad plural que a veces me permite verlo todo desde fuera, pero para mis citas con Sarajevo me gusta vivir en simbiosis con esta ciudad, sentirme ciudadana de esta ciudad única.

Una mujer se apresura entre las ruinas de Sarajevo para esquivar
a los francotiradores en abril de 1993, durante el asedio de la ciudad.
(Foto © Michael Stravato / AP Photo)

El 28 de junio de 2014, Sarajevo, corazón de Europa, es una de esas citas. La ciudad vuelve a ser un símbolo. Están aquí los medios de comunicación del mundo entero. Tienen lugar en Sarajevo decenas de acontecimientos culturales para evocar el centenario del 28 de junio de 1914. Los VIPs han vuelto, y muchos de ellos son los mismos que vinieron durante el asedio de Sarajevo. La ciudad, además, está invadida por extranjeros, turistas, organizadores, participantes…

Los sarajevianos, por su parte, han decidido faltar a esta cita. Muchos han preferido irse de fin de semana para dejar pasar esta fecha “explosiva”, que coincide con el Vidovdan [1], el inicio del Ramadán y el aniversario del atentado de Sarajevo. No temen incidentes, pero todos quieren alejarse del ambiente plúmbeo de los grandes discursos cínicos en los que aquí ya nadie cree.

Yo preferí quedarme, más bien por curiosidad. Me equivoqué.

Recreación casi sainetesca, en las calles de Sarajevo,
de la visita del archiduque Francisco Fernando.

Como sarajeviana, me sentí humillada por la manera como se conmemoraba un hecho tan terrible, un asesinato. Fue un centenario pomposo y caro, pero vacío de contenido y sin un mensaje claro. Un centenario organizado por los extranjeros para los extranjeros, al que la población local fue invitada meramente como muda espectadora. Un centenario financiado por la Unión Europea, que no tenía absolutamente nada que decir allí. Un centenario que presentó una carrera ciclista como evento destacado, poniendo en su cartel la imagen de la esposa del embajador de Francia, una ciclista a la que se le ocurrió esa idea, burlándose de las sospechas de favoritismo que tanto peso tienen en la selección y elección de cualquier proyecto. Un centenario que invitó a una pléyade de periodistas, artistas y personalidades francesas, cuyo colofón fue una conferencia a la que asistieron apenas diez personas… Eso pone de manifiesto el interés que individuos e interlocutores suscitaron y, por supuesto, la poca profesionalidad de los organizadores.

Una instantánea del Grand Prix de ciclismo organizado 
por la Embajada de Francia en Sarajevo.
(Fuente: BBC News Europe)

Humillada por el hecho de que el 28 de junio de 1914 fuera presentado sobre todo bajo el prisma de los nacionalismos en Bosnia y en los Balcanes, aquel “barril de pólvora”. Europa, el mundo entero, las grandes potencias, hicieron sencillamente el panoli, ya me entienden.

Humillada al escuchar a través de France Inter una versión puramente franco-francesa de la Historia, con machaconas reiteraciones sobre las divisiones entre los pueblos. Francamente, aquel día no me habría gustado nada ser serbia. Los excesos se multiplicaron. Viví el asedio de Sarajevo y soy lo que los medios de comunicación franceses insisten en denominar “una musulmana”; conocí la guerra y viví en mis propias carnes los efectos del nacionalismo serbio. Pero después de veinte años, lo que oí a través de France Inter me sublevó profundamente. ¡Que se digan las cosas tal como son!: no es cierto que todos los bosnios consideren a Gavrilo Princip un asesino, para muchos de ellos es un héroe de la liberación de los pueblos yugoslavos. Tampoco todos los serbios lo consideran un héroe que les pertenezca. Gavrilo Princip no es un héroe serbio, es sobre todo un miembro de la Mlada Bosna, un movimiento de liberación de los pueblos yugoslavos. Las cosas no son sólo blancas o negras, como se ha oído durante los actos del centenario.


Detención de Princip
inmediatamente después
del atentado.

Humillada también por haber tenido que escuchar siempre a los mismos a través de los medios de comunicación, y consternada porque nadie invitara a Zlatko Dizdarević [2], quien hubiera podido decir muchas cosas ineresantes acerca de lo que simboliza ese centenario, cuya conmemoración ha contribuido, lamentablemente, a dividir todavía más a la sociedad bosnia.

Humillada porque algunos de esos mismos periodistas ni siquiera se tomaron la molestia de aprender que el nombre de la ciudad no se pronuncia Sarajevo o Sarazhevo, sino SARAYEVO.

Humillada porque vi a decenas de “VIPs” pavonear por la ciudad. Parecía evidente que ellos eran las auténticas “vedettes” de las conmemoraciones y atraían la atención de los medios occidentales, los que “daban tono” a esas conmemoraciones que, al final, acabaron convirtiéndose en celebraciones. BHL [3] estuvo ausente de la ciudad durante los últimos quince años, y ahora que todos los medios internacionales habían desembarcado en ella, pudo hacer su show particular y lanzar la idea de recoger un millón de firmas para que Bosnia entrara en la UE… Eso no es ayudar a Bosnia, sino humillarla, considerarla una república bananera. Sin embargo, BHL no está solo en ese empeño: lo que le interesaba era su promoción personal, en todo su esplendor, de cara a la galería mundial. Fue tan triste…


Bernard-Henry Lévy.
(Foto © Patrick Kovarik / AFP)

Humillada por una organización lamentable de un festival que ha costado dos millones de euros a los contribuyentes de la Unión Europea. Comprenderán que si alguien quería asistir a un acontecimiento cultural relacionado con las conmemoraciones, tenía que estar muy bien relacionado con los organizadores, es decir, formar parte de los VIPs. No era posible comprar entradas ni en el Teatro Nacional para ver la pieza de Bernard-Henry Lévy, ni para asistir a un concierto de Amira Medunjanin [4], por ejemplo, pues todas las butacas habían sido reservadas previamente. En fin, nadie se tomó la molestia de organizar todo esto pensando en el público local…

Sin embargo, los sarajevianos fueron invitados a asistir a un concierto de la Orquesta Filarmónica de Viena a través de una pantalla gigante instalada frente a la Vijećnica [5]. Otra humillación: la mitad de la ciudad cerrada al tráfico para que pudieran desplazarse los VIPs en sus limusinas negras, mientras que los sarajevianos debían contentarse con unas docenas de viejas sillas de plástico situadas en un aparcamiento, bajo un sol de justicia. Había que sentirse muy motivado para quedarse allí… Por la noche, otra gran decepción, según quienes tuvieron la suerte de verlo, e incluso de oírlo: el espectáculo de Haris Pašović [6].


Pantalla gigante a través de la cual los ciudadanos de Sarajevo
pudieron seguir el concierto de la Orquesta Sinfónica de Viena
frente al renovado edificio de la Vijećnica.
(Fuente: The New York Times)

Humillada, en fin, por el escaso eco que ha tenido en la prensa internacional el fiasco de las conmemoraciones en Sarajevo… “Estamos invadidos por el capitalismo, la comunidad internacional, el Fondo Monetario…”, podía leerse, sin embargo, en las pancartas de un reducido grupo de sarajevianos que protestaban ante la Vijećnica el 28 de junio de 2014. Fue poco antes del tan esperado concierto y justo en frente de los platós de las televisiones. Pero las emisoras de radio lo silenciaron…

Como sarajeviana tengo que estar satisfecha, no obstante, de que mis conciudadanos hubieran entendido perfectamente las reglas del juego y se hubieran largado de la ciudad con la intención de no enterarse de nada. Es lo único que se puede hacer ante los “grandes”. Sarajevo será siempre un escenario para el teatro de los “grandes”. Ni más, ni menos.


Homenaje de la comunidad serbia a Gavrilo Princip ante
el monumento erigido en su memoria en la zona de Sarajevo
perteneciente de la Republica Srpska.
(Foto © Fehiim Demir / EPA)

Este texto, traducido del francés por Albert Lázaro-Tinaut,
fue publicado el 6 de julio de 2014 por BH Info.


[1] Festividad religiosa ortodoxa de san Vito, que serbios y búlgaros celebran coincidiendo con el 15 de junio del calendario juliano (28 de junio del calendario gregoriano). Esta fecha coincide con varios acontecimientos históricos significativos: tradicionalmente, con la batalla de Kosovo (o del Campo de los Mirlos), en 1389, en la que serbios y bosnios se enfrentaron a los ejércitos del Imperio otomano; el Tratado de Versalles, que ponía fin a la primera guerra mundial, en 1919; la constitución del Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos (Constitución de Vidovdan) promulgada por Alejandro I de Serbia, en 1921; y la ruptura entre los comunistas yugoslavos y la Unión Soviética, en 1948. 
[2] Destacado periodista bosnio, considerado uno de los expertos más solventes y respetados por su posición independiente y crítica con respecto a la guerra de Bosnia y a las diversas realidades sociopolíticas en el antiguo espacio yugoslavo.
[3] Se refiere al filósofo y escritor francés Bernard-Henry Levy. Fue uno de los primeros intelectuales que pidieron públicamente una intervención internacional en la guerra de Bosnia y denunció los abusos de los serbios en los campos de prisioneros bosnios.
[4] Joven intérprete de sevdah, la música tradicional bosnia, que ha cosechado muchos éxitos y se ha hecho célebre internacionalmente.
[5] El edificio de la biblioteca nacional bosnia, que se convirtió en uno de los símbolos de la ciudad sitiada al haber sido bombardeada y quemada por los serbios en agosto de 1992. Ahora, reconstruido, es la nueva  sede del Ayuntamiento de Sarajevo.
[6] Célebre director teatral y de cine bosnio.


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